El Banco Santander ha rechazado vender por ahora la cartera de activos inmobiliarios que había puesto en el mercado ante las bajas ofertas recibidas. Según fuentes próximas a la operación, los intereses de la entidad no han casado con los de los posibles compradores. A principios de año, el banco sacó al mercado una parte de sus activos inmobiliarios por importe de algo más de 3.000 millones de euros. Santander ha optado por preservar estos activos en su balance, aunque aumentará las provisiones dedicadas a los mismos.
Santander puede conseguir este año unos 1.500 millones en plusvalías y, según se apunta, es más que probable que se dediquen al saneamiento del riesgo inmobiliario, tanto elevando la cobertura de los activos adjudicados como aportando nuevas provisiones a los créditos morosos de empresas del ‘ladrillo’. La cartera inmobiliaria de la entidad cántabra asciende a 9.175 millones. De ellos, 8.335 millones son inmuebles, promociones en curso o solares, mientras que el resto tiene que ver con participaciones accionariales en inmobiliarias. De la cartera de activos inmobiliarios, 1.336 millones son pisos acabados procedentes de promotores y otros 1.759 millones de viviendas que estaban en manos de familias. Hay otros 700 millones en promociones en curso, la mayoría para la construcción de viviendas. El gran problema tiene que ver con el suelo. Tiene en cartera 4.301 millones, de los que 2.967 millones son solares urbanizados. El valor neto de esta cartera es de 5.665 millones, ya que el banco tiene constituidas provisiones por 2.670 millones, el 32%.
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Fuente: El Mundo