Desde 2008 las casas acumulan una depreciación que supera en algunos casos el 40%, pero, aunque parezca increíble, los expertos apuntan que el ajuste definitivo es el que viene ahora. La primer razón, y fundamental, se debe a que la crisis continúa, en apariencia, con toda su crudeza, ya que aún se destruye empleo y el crédito sigue sin fluir. Segundo, porque por primera vez parece existir consenso absoluto en la necesidad de cambiar las políticas de vivienda y muchas de las reformas puestas en marcha ahora comenzarán a dar sus frutos a lo largo de los próximos meses. Entre esas iniciativas se encuentra en lugar destacado el papel que está llamado a desempeñar la Sareb. De cómo sea su política de precios dependerá, en opinión de algunos analistas, que el ajuste que resta por producir sea más o menos acelerado.
Mientras tanto, los datos publicados por INE dejan entrever buena parte de lo que se avecina. El número de viviendas vendidas en marzo cayó un 37,8% sobre febrero y un 12,6% respecto al mismo mes del año pasado, regresando a los mínimos históricos alcanzados en 2009 y 2011. Como el INE contabiliza las compraventas según los datos que le facilitan los registradores de la propiedad, sus cifras de marzo suelen tener un ligero sesgo temporal que conviene tener en cuenta a la hora de valorar las causas de un descenso de esta magnitud. De hecho, la cifra de marzo probablemente ya se refiera, prácticamente en su totalidad, a transacciones efectuadas en enero y febrero, una vez desaparecida la deducción fiscal por compra de casa para los nuevos propietarios.
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Fuente: Cinco Días