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La banca aún tiene que deshacerse de 80.000 millones en ladrillo

Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria las entidades se mostraron reacias a reducir el valor de sus inmuebles en sus balances. Las fuertes provisiones impuestas por Economía desde 2012, sin embargo, obligaron a la banca a desarrollar una importante estrategia comercial para dar salida a los activos.
En 2010, el Banco de España calculó que la banca contaba con 70.000 millones en activos adjudicados. Tras traspasar 11.400 millones de ellos a Sareb, a día de hoy a la banca aún le quedan 80.711 millones de ladrillo de los que deshacerse.
Este es el lastre inmobiliario que suman actualmente las 15 mayores entidades del país. La mayor partida de estos activos está compuesta por 30.566 millones en solares. La compraventa de suelos es uno de los mercados que más paralizado ha quedado y es probable que su absorción se alargue más que la del resto de activos. Ayudará, en todo caso, que las entidades tengan provisionada esta partida al 60% de su valor, frente al 49% de media que tienen cubierto del conjunto de su carga inmobiliaria.
El segundo gran grupo de activos que pesa en los balances de la banca es el de las viviendas. Las entidades poseen 30.437 millones de euros en inmuebles residenciales terminados, de los que una gran parte, corresponden a viviendas embargadas a particulares que no pudieron hacer frente a sus hipotecas y a pisos de promotores.
 


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