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El ladrillo resurge gracias a la inversión para alquiler

Poco a poco se va abriendo paso a un nuevo modelo de inversión sostenible, la compra de inmuebles para su alquiler, accesible y rentable también para el inversor particular que cuente con fondos para ello.
Comprar para alquilar es la vía más interesante para el inversor particular. Pudiendo comprar a precios relativamente bajos, la rentabilidad del mercado del alquiler residencial ha pasado de entre el 2% o 3% de hace unos años al 5%, y lo que realmente lo hace más atractivo es que con la bajada de los tipos y el efecto que tienen sobre los depósitos, los particulares pueden planteárselo como alternativa a estos, a los bonos del Estado o a la renta variable. El ladrillo actualmente es una buena inversión. Hay mucho pequeño y mediano inversor conservador que tenía depósitos, fondos o renta fija y que ahora, que apenas le rentan, está entrando en ladrillo.
Los analistas coinciden en que dado el envejecimiento de la población, el nivel de paro, la falta de financiación y la sobreoferta de grandes actores como la banca, el alquiler es una opción mucho más segura ‐con una demanda que prácticamente se ha duplicado durante la crisis‐ que la reventa del activo con plusvalías, que puede llevar más tiempo.
 


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