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Con la reforma fiscal el inquilino tiene menos ventajas

La reforma fiscal introduce cambios en los beneficios fiscales tanto de los caseros como de los inquilinos. Desaparece la deducción por arrendamiento de vivienda habitual, que pueden aplicarse en la actualidad los contribuyentes con rentas inferiores a 24.107 euros. Esta medida no tendrá efectos retroactivos por lo que los inquilinos que hoy se benefician de la deducción la podrán mantener hasta que finalice su contrato de alquiler. Los expertos aconsejan que quienes estén pensando alquilar una vivienda firmen el contrato antes de que acabe el año.
Actualmente, los inquilinos tienen derecho a deducirse el 10,05% de las rentas destinadas a pagar el alquiler de la vivienda habitual con un máximo de 9.040 euros para bases imponibles inferiores a 17.707,2 euros. Este límite se reduce progresivamente para bases entre 17.707,2 euros y 24.107 euros.
Los propietarios de una vivienda en alquiler, mantienen el derecho a reducirse en el IRPF el 60% de los rendimientos obtenidos. Sin embargo, desaparece la exención vigente del 100% que se aplicaban los propietarios de una vivienda cuando los inquilinos eran menores de 35 años.
 


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