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La hipoteca inversa o cómo convertir la vivienda en liquidez

Si la hipoteca tradicional, la que consiste en conseguir un préstamo para comprar una vivienda está en horas bajas, la llamada hipoteca inversa ha tomado impulso. La demanda de este tipo de préstamos creció un 17% de enero a abril de 2011 en relación con el mismo cuatrimestre del año anterior, con 19.900 solicitudes, según datos de la consultora Óptima Mayores.
Se trata de un préstamo con garantía inmobiliaria para poder recibir a plazos el dinero que se obtendría con la venta de la vivienda, con la particularidad de que se mantiene la propiedad y se puede seguir haciendo uso del inmueble o incluso alquilarlo. De esta forma, el propietario recibe una renta mensual hasta su fallecimiento, momento a partir del cual los herederos se hacen cargo del crédito o la entidad ejecutará la garantía.
Actualmente, Unimm, Ibercaja y BBK son algunas de las entidades que ofrecen este producto financiero, aunque no todos los bancos que la comercializan la promocionan, señala HelpMyCash.com. "Lo habitual es acudir a un intermediario financiero que estudiará nuestro perfil y buscará la mejor opción entre la actual oferta de bancos, cajas y aseguradores", explican desde el portal especializado en finanzas personales.
La cantidad que se recibe al mes está determinada por tres factores: Primero la edad, de manera que a más años, más dinero, ya que la entidad prevé que tendrá que abonar dinero durante menos tiempo. Su perfil ideal son las personas de más de 75 años. Segundo, el sexo. Las mujeres, con una mayor esperanza de vida, cobran menos. Tercero y último, el valor de la vivienda.
La renta mensual suele extenderse por un periodo de entre 10 y 20 años, aunque también puede ser vitalicia. Eso sí, la contratación implica una serie de costes, al igual que una hipoteca habitual, que la entidad incluirá en el monto pendiente de la devolución. Suelen ser la comisión de apertura, los gastos de gestión (impuestos, notario, gestoría y registro que la entidad adelanta) y los intereses del préstamo. En el caso de las rentas no limitadas, es necesario contratar un seguro de rentas vitalicias diferidas, con el que la entidad se blinda en caso de que el cliente supere la esperanza de vida prevista por la aseguradora. La operación puede deshacerse en cualquier momento y, además, está exenta de tributación.

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Fuente:Cinco Días


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