Las medidas incluidas en el decreto de recapitalización del sector financiero complicará la situación para empresas y familias. Según los expertos tendrán una consecuencia doble: las entidades financieras prestarán menos dinero y éste será más caro. Las entidades mirarán con lupa cada crédito que concedan y aplicarán, independientemente de la evolución de los tipos oficiales de interés, un diferencial cada vez más amplio. Esta tendencia se agudizará sobre todo en las cajas de ahorros que tienen que recapitalizarse.
Si desde el Gobierno y el Banco de España se aseguraba que el plan de recapitalización era necesario, entre otras cosas, para reactivar el crédito a la economía, los expertos y el sector vaticinan lo contrario. La cuestión es sencilla: los recursos, también los de la banca, son escasos. Eso quiere decir que se tiene que elegir entre destinarlos a una cosa u otra. Si el decreto obliga a elevar los requerimientos de capital se debe controlar hasta el extremo cualquier concesión de crédito, ya que por su sola existencia en el balance, las entidades deben reservar una determinada cantidad para cubrir sus riesgos. Es decir, a más créditos, se necesita más volumen de capital. No sólo es una opinión compartida en el sector financiero y entre los analistas. El Banco Central Europeo (BCE), en su último informe mensual advertía a España que la recapitalización de las cajas conlleva “el riesgo de efectos negativos transitorios en los flujos de crédito a la economía real”. La razón de temer que se seque la financiación es por el adelanto en la aplicación de las exigencias del acuerdo de Basilea III.
Lo preocupante para los sectores reales de la economía no es sólo eso, sino el previsible encarecimiento de los créditos concedidos, así como en las nuevas condiciones en las refinanciaciones. Esta tendencia ya se ha observado en los últimos meses, más acentuada en los préstamos a pequeñas y medianas empresas. Según datos del Banco de España, los tipos aplicados en enero a las pymes han llegado al 4,59%, unos niveles no vistos desde el año 2008.
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Fuente:El Economista