El futuro del sistema cooperativo en España pasa por casas a la carta, a medida -algo que es habitual en el mercado de viviendas de lujo-, pero a precio de coste.
En Domo Gestora explican que los tiempos en los que el comprador se tenía que quedar con lo que le ofrecían y a cualquier precio, porque si no había otro en la cola para comprar el piso, se han terminado. El nuevo comprador de una vivienda en cooperativa quiere una casa a su gusto y a precio de riguroso coste y no únicamente decidir el tipo de azulejo o el color de las puertas. En una vivienda es necesario poder ajustarla a sus gustos sobre todo por cuestiones de funcionalidad.
Las grandes gestoras han sido las primeras en darse cuenta de que la personalización es un valor añadido. Fuera de una cooperativa, personalizar suele significar sobrecoste. La principal ventaja de este régimen jurídico es la de construir viviendas a precio de coste, así que la personalización se hace a cambio de nada, salvo el tiempo que se tarda en adaptar un proyecto a la medida de cada comprador.
Otra cosa es la mejora de las calidades, que sí suponen un sobrecoste que el socio puede aceptar o no. Es una ventaja de la promoción de viviendas en régimen cooperativo el que los socios puedan acceder a una casa con calidades que pueden mejorar según sus posibilidades económicas, fundamentalmente las referidas a la superficie del alojamiento, su distribución y el número de habitaciones.
Para Domo Gestora, las viviendas a la carta son ya el presente en el sector de las cooperativas. Si puede dar respuesta a sus demandas la cooperativa se cubrirá antes y la viabilidad de la promoción irá confirmándose. Los clientes tienen bastante claro lo que buscan y todas las peticiones suelen ser razonables.