El deterioro de los activos de las cajas de ahorros a 31 de diciembre de 2010 se eleva a 26.000 millones de euros. Los datos de cada entidad se conocerán antes del 31 de enero. La gran cuestión es cómo tapar ese ‘agujero’, abierto fundamentalmente por la depreciación de los activos inmobiliarios.
La fórmula que estudia el Banco de España es que una parte fundamental de esa cobertura se haga contra el patrimonio de las cajas, lo que supone, de facto, una reducción de su capital. Se explica que las piezas a ensamblar en la operación serían las siguientes: el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ya aportó el pasado año a ese saneamiento 11.500 millones. El Fondo de Garantía de Depósitos aportó otros 3.500 millones. En paralelo, las entidades tendrán que llevar a cabo una reducción patrimonial de 8.000 millones (lo que implica que deberán disminuir sus recursos propios en esa proporción). Además, el Estado tendrá que hacer una nueva aportación pública, a través del FROB, de otros 3.000 millones (que irían a Unnim y Catalunya Caixa). El objetivo del supervisor es que, con esta operación contable, las cajas queden con un ratio de capital ligeramente por encima del 6%, según las fuentes consultadas. Dado que las nuevas exigencias de solvencia de Basilea III obligarán a elevar ese porcentaje al 8%, las cajas tendrían que afrontar un plan extraordinario de recapitalización para el que el Banco de España daría un plazo de dos o tres años. En principio, algunos implicados habrían barajado la posibilidad de revalorización de sus activos, aprovechando la oportunidad de las fusiones en marcha, lo que supondría un menor recorte de capital para el saneamiento. Sin embargo, se apunta que esta fórmula estaría mal vista por los mercados, que lo interpretarían como un maquillaje contable.
Los responsables de las cajas se quejan de ataques por parte de los bancos. En concreto, no han gustado nada las declaraciones de la responsable de Santander en Reino Unido, Ana Patricia Botín, quien esta semana puso a las cajas en el foco de los problemas financieros de la economía española. También reprochan al Gobierno que no las esté defendiendo públicamente, lo que genera dudas sobre su solvencia y menciona, en este caso, las declaraciones del presidente José Luis Rodríguez Zapatero al Financial Times. Tanto este diario como The Wall Street Journal tienen la vista puesta en la reestructuración del sector, a la que consideran pieza clave para la recuperación de la confianza de los mercados en España.
Algunas entidades apuestan por poner negro sobre blanco la dimensión real de sus problemas como la mejor forma de que se disipen las dudas. Caja Madrid, por ejemplo, estudia reflejar en sus cuentas un deterioro de activos cercanos a los 10.000 millones (más de un tercio del total del sector). Los bancos, por su parte, argumentan que las dudas sobre las cajas contaminan su propia credibilidad.
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Fuente: El Mundo