El mercado residencial sufre una importante metamorfosis desde el pinchazo de la burbuja y según las estadísticas de compraventas, el segmento de casas usadas ha tomado el mando en el sector en detrimento de la obra nueva. Además, se postula como filón del negocio inmobiliario.
De las 164.368 compraventas realizadas sobre inmuebles libres en el primer semestre del año, el 85,3% (140.328) correspondió a segunda mano y el restante 14,7% (24.040) a nuevos, según el Ministerio de Fomento. La tendencia apunta a que este desequilibrio seguirá agrandándose porque muchas ventas de los bancos cuentan como usadas cuando realmente se hacen sobre pisos que no han sido habitados, pero que al haber sido transmitidos por los promotores como pago de deuda pasan a tributar como segunda mano.
Además se viene de un pasado colmado de pisos nuevos y ahora, con la edificación en mínimos, la situación es normal.