El periodista Fernando Díaz Villanueva, apunta que en España los créditos hipotecarios son préstamos de garantía personal, es decir, que los beneficiarios de los mismos responden personalmente para liquidar el principal más los intereses. Argumenta que “una ley concebida para un mercado eternamente alcista se ha convertido en una espada de Damocles para todos aquellos que se hipotecaron en la fase expansiva de un ciclo marcado por facilidades crediticias y por inflación en activos como la vivienda. Una legislación que era buena porque abría la posibilidad de pedir una hipoteca a casi todo el mundo es ahora una maldición. Los bancos las concedían porque tenían la certeza de que iban a recuperar lo prestado. Aquel era un valor seguro cuyos precios crecían como la espuma y, en el improbable caso de que bajasen, el hipotecado tendría que hacerse cargo del diferencial”.
“En otros países como Estados Unidos sucedió exactamente lo contrario. La entrega de llaves liquidaba el crédito y era el banco quien se comía la diferencia devastando el balance de la entidad. Es, simplemente, otro modelo, tan bueno -o tan malo- como el nuestro. Si lo que queremos es hipotecas baratas y accesibles, habremos de asumir que será el hipotecado quien responda personalmente de ellas. Si queremos lo contrario, no debe extrañarnos que los bancos extremen el control de riesgos y concedan hipotecas con cuentagotas y sólo a individuos solventes o muy bien avalados”.
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Fuente:La Gaceta