Parece que 2018 va a ser un año de cambios en el mercado hipotecario, todos ellos favorables para aquellas personas que están pensando en adquirir un préstamo para comprar su vivienda. Si eres de esos usuarios que están buscando piso o casa o que ya lo han encontrado y necesitan financiación, te explicamos cuáles son las tendencias que marcarán el ritmo del mercado en los próximos meses.
Tipos de interés que siguen bajos
El tan temido euríbor y la sombra de un cambio de rumbo en su evolución hacia una importante subida parece disiparse al menos por el momento. El índice de referencia para los intereses de hipotecas de tipo variable acabó el pasado año 2017 en negativo (-0,19%), tras casi dos años siguiendo esta tendencia. Moviéndonos en estas cifras, aún teniendo que sumar el diferencial del banco al euríbor, obtenemos hipotecas con tipos de interés muy bajo.
Las previsiones para 2018 hablan de un euríbor estable, en cifras negativas que rondan los últimos datos del pasado año, debido a las inestabilidades que afectan aún a día de hoy y a corto plazo a algunos países de la Unión Europea, a lo que se suman circunstancias como el brexit. El contexto podría cambiar, según los expertos, a comienzos de 2019 con subidas de entre dos y tres décimas que podrían dejar el diferencial de referencia de nuevo en positivo, aunque todavía en valores muy bajos.
Novedades en la relación entre los bancos y sus clientes
Tras un 2017 convulso, marcado por las múltiples reclamaciones a cuenta de cláusulas consideradas abusivas como las suelo, 2018 será un año de cambios en los contratos hipotecarios, su transparencia y, en definitiva, la relación de los bancos con sus clientes. Buena parte de ellos vendrán marcados por la entrada en vigor de la nueva ley hipotecaria. Esta norma afectará de forma importante a las entidades bancarias y los notarios que se verán obligados a aplicar medidas de transparencia y mejora de la comunicación con sus clientes, informándolos detalladamente de todos los puntos de los contratos que se pueden firmar así como de sus consecuencias para el futuro.
El texto contempla también un abaratamiento de algunos costes de gestión de las hipotecas y la reducción de los costes en caso de vencimiento anticipado. Los usuarios tendrán también un margen más amplio si incumplen el contrato antes del que el banco pueda dar por vencido el préstamo.
Más hipotecas a tipo fijo y variables sin vinculación
En un contexto de tipos muy bajos, los bancos ya han empezado a potenciar las hipotecas a tipo fijo, dando a los consumidores cada vez plazos más amplios para devolver lo prestado. Se trata de la mejor opción para aquellos que buscan estabilidad en un mercado imprevisible a largo plazo. En cualquier caso, este tipo de hipotecas se recomiendan para usuarios que necesitan un capital no demasiado grande, que no supere los 150.000€, y que no pueden acceder a diferenciales inferiores al 1%.
Aunque seguirán predominando las hipotecas de tipo variable con productos vinculados que mejoren las condiciones de la oferta, como seguros de vivienda o de vida, será también posible acceder a otras sin vinculación aunque probablemente con un diferencial algo más alto.
Otro de los cambios que se otea en el horizonte de 2018 y que empieza ya a dejarse sentir es el incremento de las cantidades financiadas con respecto al precio de la vivienda o la tasación. Muy restrictivos en años anteriores con respecto a la época más boyante de la burbuja inmobiliaria, comienzan a flexibilizarse y a alcanzar porcentajes cercanos y hasta superiores al 80%.