La recuperación del sector de la construcción tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2007 y la crisis económica parece un hecho. La firma de nuevas hipotecas lleva meses dando señales de que se está produciendo un cambio, pese a un pequeño bache en abril superado en mayo y con la consolidación de la tendencia al aumento de meses anteriores.
A pesar de que los números apoyan las teorías de la superación de la crisis inmobiliaria, cada vez son más las voces que hablan de una posible nueva burbuja, en este caso gestada en el mercado del alquiler. Repasamos los argumentos que esgrimen quienes defienden esta teoría:
1. En los peores años de crisis inmobiliaria el alquiler se convirtió en el refugio de todo aquel que no podía o no quería comprarse una vivienda, creándose un negocio rentable alrededor de los arrendamientos que, poco a poco, pasaron de ser la única opción para quienes no tenían abiertas las puertas del crédito a la alternativa más deseable para muchos.
2. Existe una nueva generación de jóvenes para los que el alquiler es la única opción contemplada para residir en un inmueble, bien por motivos ideológicos o bien por otros laborales, como la movilidad geográfica.
3. España sigue siendo un país de propietarios en el que un porcentaje mínimo de las viviendas está ocupadas por arrendatarios. El aumento de la demanda de viviendas para alquilar no fue un problema en los comienzos de la crisis porque muchos pisos que no conseguían venderse fueron destinados a este fin. Pero en los últimos años comenzaron a notarse indicios de mejora económica en el mercado laboral y la fluidez del crédito que propiciaron el aumento de las ventas de pisos y de firma de hipotecas del que hablamos al principio de este artículo, dejando muchos menos inmuebles disponibles para el alquiler.
4. Cuando hay una alta demanda y una oferta insuficiente los precios se elevan y es lo que ha ocurrido con las rentas. En 2016, por ejemplo, los precios subieron un 16% de media, una señal de alerta a la que es necesario prestar atención.
5. La velocidad con la que se pueden llegar a alquilar pisos vacíos en algunas ciudades es alarmante. En Madrid o Barcelona se cierran contratos en 24 horas pero no son las únicas. Ourense, por ejemplo, es la ciudad con más alquileres inmediatos. El 33% de los pisos que se anunciaron durante el mes de febrero se alquilaron en menos de un día, según datos de Idealista. Porcentajes similares se registran en Pamplona y Palma de Mallorca (con el 25% en ambos casos).
Con esta situación, la enorme rentabilidadque puede suponer para los inversores el arrendamiento, unida además al desfase producido en ciudades como Ibiza o Barcelona por los alquileres turísticos, se empieza a hablar de una nueva burbuja inmobiliaria impulsada por el alquiler.