La velocidad a la que los bancos deben deshacerse de sus inversiones potencialmente problemáticas vinculadas al sector del ladrillo dependerá de cada entidad y de la evolución del mercado. El director del Servicio de Estudios del Banco de España, José Luis Malo de Molina, que expuso ayer su visión durante una jornada organizada por la gestora del Santander y El Nuevo Lunes, recordó que la crisis ha puesto a prueba la capacidad del sistema para absorber los excesos del sector inmobiliario, pero aseguró que el banco emisor “ha establecido los mecanismos de prudencia necesarios” para que esos activo estén “suficientemente dotados” con provisiones. Lamentó, sin embargo, que el ajuste del mercado de la vivienda haya sido tan “abrupto” tanto desde el punto de vista de su actividad como de sus precios. Este ajuste ha supuesto la reducción de la inversión en ladrillo hasta niveles de 1994, alrededor del 4% del PIB, en solo dos años.
Malo de Molina también explicó que aunque España acumula dos trimestres de crecimiento positivo, aún está lejos de que pueda generar empleo. El Economista recoge también las declaraciones de Malo de Molina, destacando que alertó de que pueden repetirse problemas con la deuda. Indicó que la economía española seguirá bajo vigilancia especial de los mercados y la atención de las autoridades europeas.
Fuente: Expansion
